Crítica – ‘Like a Boss’
- abril 20, 2020
- by
- Sofia Ramos
Una vez me dieron un consejo: si quieres hablar de cine, antes debes ver mucho cine, hacer ciclos, entender el trabajo de los directores y el porqué de cada elemento cinematográfico. No mentiré, sigo haciéndolo, sin embargo, diré que la comedia nunca ha sido mi fuerte, si puedo elegir elijo siempre otro género, el thriller, el drama, el noir…
Por ello, Like a Boss llegó durante esta cuarentena, tirando del refranero español, como agüíta de mayo: fresca, divertida y sin grandes pretensiones. Y es que a pesar de que la ficción de Miguel Arteta puede presumir de un buen presupuesto, está totalmente integrado en la historia, en el que se muestra en las mansiones de lujo de las amigas de las protagonistas o cuando visitan la oficina de la marca de maquillaje de la exitosa y multimillonaria Claire Luna (Salma Hayek).
Y es que la cinta nos pasea por la vida de dos mejores amigas, Mia y Mel, Tiffany Haddish y Rose Byrne, que a pesar de tener ideales muy diferentes deciden formar una empresa de belleza juntas. Una es más práctica, mientras que la otra quiere ganar su fortuna y vivir un estilo de vida lujoso.
Se trata de una trama amena y divertida, que cuenta una historia limpia que te arranca muchas carcajadas, y que no se molesta en disimular que aspira a tener un cheese final. Y sorprendentemente, este es el aspecto más positivo de la película, el espectador sabe lo que está viendo, en ningún momento la historia se hace pesada o previsible, y el guion tiene un ritmo progresivo que llega a su punto álgido en la recta final de la obra, y se preguntarán, ¿no siempre es así?
Depende. Muchas comedias fracasan por intentar pasarse de graciosas, por añadir a su narrativa elementos poco creíbles y rebuscados. No obstante, en Like a Boss el público puede sentirse identificado con la historia de dos mujeres diferentes y emprendedoras que trabajan por sacar a su pequeña empresa adelante frente a un mercado extremadamente competente.
La diversión se mezcla con un discurso actual y relevante, por parte de M&M, Mía y Mel, y lo que pretenden hacer con sus productos cosméticos: la belleza se muestra de dentro hacia fuera, porque el maquillaje pretende resaltar tu belleza, no ocultar tus defectos. Este poderoso mensaje es insertado en el cuerpo de la cinta de forma natural e inspiradora.
Like a Boss destila buen humor bajo la bandera de la amistad, y lo hace a la perfección, homenajeando también a una de las historias de amistad más significativas de la historia del cine, la de Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991). En la recta final del largometraje Mia y Mel presentan su nuevo producto, ‘Ride or die’, una frase muy utilizada entre las protagonistas que se ve consolidada en un kit de maquillaje, como puede observarse en la foto, se trata de un guiño a la emblemática película de carretera protagonizada por Susan Sarandon y Geena Davis donde el dicho ‘Ride or die’ traducido como ‘contigo hasta la muerte’ es uno de los lemas característicos de Thelma y Louise.
Sobre el reparto, cada personaje aporta algo fundamental, sí que es cierto que, al estar ante una película de ritmo rápido y muy dinámica, lo que se muestra es una pincelada de del entorno de Mel y Mia, sin embargo, conquistan, como el agudo Barret (Billy Porter) o la atípicamente entrañable Sydney, interpretada por una amable Jennifer Coolidge. A este elenco tan bien integrado se suman la estrella Salma Hayek, una elección inmejorable pero que no llama la atención pues el director Miguel Arteta, ya había trabajado con la actriz mexicana en Beattriz at dinner, otra cinta muy recomendable para disfrutar de estos días en casa. Hayek no es la única gran incorporación a Like a Boss y es que, aunque su escena solo dura unos minutos, siempre es un placer volver a ver a Lisa Kudrow en pantalla.